viernes, 17 de febrero de 2012

 
Domingo 19 - 7º domingo durante el año. Verde.
Así habla el Señor: No se acuerden de las cosas pasadas, no piensen en las cosas antiguas; Yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta? Sí, pondré un camino en el desierto y ríos en la estepa, para dar de beber a mi Pueblo elegido, el Pueblo que yo me formé para que pregonara mi alabanza. Pero tú no me has invocado, Jacob, porque te cansaste de mí, Israel. ¡Me has abrumado, en cambio, con tus pecados, me has cansado con tus iniquidades! Pero soy yo, sólo yo, el que borro tus crímenes por consideración a mí, y ya no me acordaré de tus pecados.
Palabra de Dios.

SALMO
Sal 40, 2-5. 13-14

R. Sáname, Señor, porque pequé contra ti.
Feliz el que se ocupa del débil y del pobre: el Señor lo librará en el momento del peligro. El Señor lo protegerá y le dará larga vida, lo hará dichoso en la tierra y no lo entregará a la avidez de sus enemigos. R.
El Señor lo sostendrá en su lecho de dolor y le devolverá la salud. Yo dije: "Ten piedad de mí, Señor, sáname, porque pequé contra ti". R.
Tú me sostuviste a causa de mi integridad, y me mantienes para siempre en tu presencia. ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, desde siempre y para siempre! R.

SEGUNDA LECTURA
Cor 1, 18-22
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Les aseguro, por la fidelidad de Dios, que nuestro lenguaje con ustedes no es hoy "sí", y mañana "no". Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, el que nosotros hemos anunciado entre ustedes ?tanto Silvano y Timoteo, como yo mismo? no fue "sí" y "no", sino solamente "sí". En efecto, todas las promesas de Dios encuentran su "sí" en Jesús, de manera que por él decimos "Amén" a Dios, para gloria suya. Y es Dios el que nos reconforta en Cristo, a nosotros y a ustedes; el que nos ha ungido, el que también nos ha marcado con su sello y ha puesto en nuestros corazones las primicias del Espíritu.
Palabra de Dios.
Aleluya. El Señor me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos. Aleluya.

EVANGELIO
Mc 2, 1-12
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús volvió a Cafarnaúm y se difundió la noticia de que estaba en la casa. Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y él les anunciaba la Palabra. Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres. Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados te son perdonados". Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior: "¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?". Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: "¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o "Levántate, toma tu camilla y camina"? Para que ustedes sepan que el Hijo de hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados, dijo al paralítico: Yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". Él se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto nada igual".
Palabra del Señor.

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